Este muchacho ecuatoriano tenía once años en 2006. Vivía con sus abuelos en el Cantón de Espíndola, porque sus padres llevaban años residiendo en España. La noche del 15 de octubre, cinco individuos con la cara pintada (tres peruanos y dos ecuatorianos) irrumpieron en la casa, ataron a los ancianos y a dos hermanos de Galo, se llevaron dinero, joyas, un teléfono móvil y al menor.
Se comunicaron varias veces para exigir 50.000 dólares por su vida. Al parecer, sabían que sus padres iban a comprar una casa en la zona de Cariamanga por ese importe. La familia envió un adelanto de 1.500 dólares por una agencia de transporte.
El rastreo de las llamadas mostró que Galo estaba en la localidad peruana de Sullana, en la sierra de Piura. Pusieron sobre aviso a la policía local, que les siguió cuando iban a retirar la encomienda y pudo rescatarle sano y salvo tras diez días cautivo. Sus captores fueron condenados: aquí hay una galería de fotos del caso.