La segunda mayor isla del Caribe, que alberga al mismo tiempo el infierno haitiano y el paraíso turístico dominicano, vive la peor crisis de secuestros de la región. La gran mayoría de ellos suceden en Haití, que ayer fue el primer país sin esclavos de América y hoy es el más pobre. Después de la salida del poder de Jean Bertrand Aristide en diciembre de 2004, el desgobierno institucional era tal que la Organización de Naciones Unidas (ONU) envió una fuerza multinacional de paz a Haití. Y de paz, lo que se dice paz, los haitianos siguieron sin tener casi nada. En 2005, las tropas de la ONU intentaron durante meses ingresar sin éxito en el temible suburbio capitalino de Cité Soleil. Durante diciembre de ese año, el FBI1 contó entre ocho y diez secuestros diarios en Haití, más que en Colombia. Ni el misionero norteamericano Philip Snyder se salvó de uno. Ni mucho menos los 14 estudiantes raptados en un autobús escolar ese mismo mes en que, además, fue asesinado el periodista Jacques Roche. Ni tampoco ocho personas que fueron raptadas en dos días, tres de ellas pertenecientes a la misma familia. A un mes de las elecciones de enero de 2006, las primeras desde el exilio de Aristide, la capital Puerto Príncipe padecía 40 secuestros en dos semanas. Aquel diciembre nefasto dejó un saldo de 143 casos, reducidos a 80 el mes siguiente. Una de ellas, la italiana Gigliola Martino (de 63 años y que ya padeció un secuestro en Haití durante 2005) fue raptada y liberada en agosto de 2006, después de que sus captores mataran a su esposo, Guido Vitiello. En diciembre de 2007 Naciones Unidas prometió la ayuda de UNICEF a los niños víctimas de secuestros y a los huérfanos por la violencia, realizando proyectos en las barriadas capitalinas de Cité Soleil y Martissant. Una misión de la ONU registró 24 casos de rapto en Puerto Príncipe durante ese mes, 18 en enero y 17 en la primera quincena de febrero. No pocas de esas víctimas son mujeres, y no pocas de ellas son violadas durante su cautiverio. Entre los meses de febrero de 2006 y 2007, las violaciones a mujeres sólo en la capital sumaron 800. El nuevo crescendo alcanzó un pico a fines de mayo de 2008, cuando la canadiense Nadia Lefevbre (voluntaria de Médicos del Mundo) fue secuestrada en Petionville, en la periferia rica de la capital, siendo liberada a la semana. Fue el caso más chocante de los 25 registrados ese mes, además del secuestro del joven Kareem Xavier Gaspard, el hijo de un banquero que a sus 16 años apareció estrangulado después de que su familia pagara el rescate. El 5 de junio, dos millares de haitianos dijeron basta ante el Ministerio de Justicia y la Corte Suprema, con fotos de las víctimas y mensajes como El secuestro es el regreso a la esclavitud. Ese día, la ONU sumaba 157 secuestros en lo que iba de año. En cambio, los archivos de los principales medios de la región dicen mucho menos sobre raptos en la nación vecina. Poco más que una anécdota de 2004: el confuso intento de secuestro de Larissa del Mar Fiallo, Miss Puerto Rico de ese año, en un shopping de Santo Domingo, del que se libró con varias llaves de judo.
1Federal Bureau of Investigations, la agencia federal de investigaciones de Estados Unidos.