Uno de los secuestros más largos, tortuosos y caros de la última década en Argentina, con ramificaciones en Brasil y Paraguay, con una madre coraje en busca de su hijo y con unos captores que lucen un prontuario a la altura del caso.
Cristian Schaerer, estudiante de 21 años, es el hijo de un ex ministro de Salud de la provincia argentina de Corrientes que está prófugo de la justicia, con seis causas por corrupción e instalado en Paraguay. Secuestrado al llegar a su casa el 21 de septiembre de 2003, sus padres pagan dos rescates por un monto total de 273.000 pesos.
Cristian no aparece, a pesar de que se identifica a los responsables de su cautiverio. Las investigaciones iniciales apuntan a que sigue con vida, y sus secuestradores lo ocultan trasladándolo entre Argentina, Paraguay y Brasil.
A los ocho meses del secuestro, testigos y pericias ayudan a establecer que Cristian estuvo cautivo en la provincia argentina de Misiones. Sus captores fueron un supuesto narcotraficante paraguayo y su esposa, que son detenidos. Cristian casi es liberado cuando estuvo en una casa rural en Paso de los Libres, pero un suboficial de la Policía Federal alerta a la banda y ésta lleva a Schaerer a Brasil. Hay una veintena de detenidos por el caso, y están prófugos dos presuntos cabecillas de la banda: José Ruso Lohrmann y Horacio Potrillo Maldana.
A fines de marzo de 2005 detienen en la localidad de Tigre a Cristian Acosta, de 24 años, con un documento falso. Acosta habría cobrado uno de los dos rescates. Poco después, en junio, varias excavaciones intentarán en vano encontrar el cuerpo de Schaerer en la provincia de Misiones. Los investigadores también cavarán la tierra en otras provincias argentinas y en Paraguay durante años sin resultados.
En octubre de 2004 es detenido Cristian Carro Córdoba en la localidad de Vicente López. Buscado por secuestros como los de Cristian Schaerer, Claudio Stefanich, Miguel Ángel Mazzoni y Cristian Riquelme, Carro Córdoba estaba en libertad por un error judicial, después de ser detenido en noviembre de 2002 por falsificar el documento de identidad. Meses después será indagado por funcionarios judiciales paraguayos con relación al secuestro de Cecilia Cubas, la hija del presidente Raúl Cubas cuyo asesinato conmocionó al país.
Carro Córdoba también está acusado por otros dos secuestros en Paraguay, de donde había llegado a Argentina cuatro días antes del secuestro de Patricia Nine. En junio de 2008, será condenado a 19 años por los secuestros del empresario Claudio Stefanich y el profesor Juan Carlos Spelzini, cometidos en 2002 en la zona norte del conurbano bonaerense. Carro Córdoba será condenado en Argentina a 19 años por dos secuestros cometidos en ese país. Además, se lo considera el cerebro detrás de los secuestros en Paraguay de Sebastián Llano, María Mercedes Elizeche Martínez y Mariángela Martínez.
Aunque los fiscales de ambos países no se ponen de acuerdo, algunos señalan coincidencias entre los secuestros de Cecilia Cubas en Paraguay y de Cristian Schaerer en Argentina, sucedidos con un año exacto de diferencia. En ambas investigaciones se busca al prófugo Ruso Lohrmann, jefe de la llamada Banda de los Tres Países y uno de los delincuentes más perseguidos del Mercosur. Se le acusa de varios secuestros en Paraguay y Argentina.
El caso siguió dando noticias durante 2005 y 2006: en diciembre de 2005, por ejemplo, un presunto miembro de la banda muere de 15 puñaladas en su celda. La madre de Cristian, Pompeya Gómez, exigirá su aparición y organizará protestas junto a otros familiares de víctimas de secuestro en Argentina y Paraguay, como Axel Blumberg y Fernanda Aguirre.
Fue impactante la difusión por Radio Continental de una grabación del propio Cristian, poco después de ser raptado el 21 de septiembre de 2003. Justo tres años después, los radioyentes pueden escuchar el dramático pedido de un Cristian cautivo a su propio padre: “Por favor pagá por mi vida, por lo que yo valgo porque soy tu hijo. Yo me jugué por vos, yo fui preso por vos”. Cristian se refiere a una ocasión en que fue detenido en la frontera argentino-paraguaya por defender a su padre. “Soy un chico que no tomo, que no salgo a la noche, que tengo una vida sana. Fui preso para defenderte, sabes todo lo que sufrí”, continúa la grabación, en la que Cristian insiste a su padre: “Pagá por mi vida, por favor”. Termina recordándole que “cuando aquella noche vos fuiste consciente que yo estaba con vos, sacaste de debajo de tu cama, en el closet de la pieza, tres cheques. Esos cheques son los que vos tenés que pagar ahora para que yo viva”.
Varios juicios en Argentina y Paraguay revelarán detalles y sumarán condenas a los imputados en 2007 y 2009, siempre con la presencia de Pompeya Gómez e incluso con la declaración de su padre a través de videoconferencia desde su exilio paraguayo. Varios testimonios apuntan a que Cristian habría sido asesinado.